Estamos seguros de que, en algún momento, has oído hablar de las archiconocidas leyes de la robótica. Sin embargo, ¿sabes a qué se refieren exactamente? ¿Funcionarían realmente en la actualidad? ¡Vamos a verlo!
¿Qué son las leyes de la robótica?
Inicialmente, las leyes de la robótica son tres y fueron creadas por el escritor de ficción ruso Isaac Asimov. Con el paso del tiempo, se agregó una cuarta ley, o Ley Cero.
Estas leyes se aplicaban a los robots de sus novelas y relatos de ciencia ficción, que tenían la misión de cumplir órdenes, pero también cierta capacidad de decisión. Sin embargo, en sus historias, Asimov busca desafiar estas leyes con el fin de crear conflictos que le permiten indagar en temas tanto morales como filosóficos.
Asimov explica que estas leyes no son estrictamente suyas, sino que fueron redactadas por otro escritor de ciencia ficción llamado John W. Campbell en una conversación con él.
Actualmente, las leyes de la robótica de Asimov le han sobrevivido, y otros muchos autores las han tomado como base para sus propias historias.
Características
Las leyes de la robótica están “traducidas” para los humanos, pero en realidad, son un conjunto de instrucciones complejas que se introducen en el sistema operativo del robot.
Según Asimov, el propósito de la existencia de estas leyes es el de evitar una posible rebelión de los robots.
¿Cuáles son?
- Un robot no puede dañar a un humano ni, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
- Un robot debe cumplir las órdenes de los seres humanos, excepto si esas órdenes entran en conflicto con la Primera Ley.
- Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que ello no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.
- Ley Cero: Un robot no hará daño a la Humanidad o, por inacción, permitirá que la Humanidad sufra daño.
¿Funcionarían en la vida real?
Si, en algún momento, llegásemos a desarrollar robots inteligentes y utilizásemos las leyes de la robótica para controlarlos, ¿qué ocurriría?
Para explicarlo, debemos tener en cuenta la época en la que vivía Asimov, es decir, un contexto donde la informática todavía estaba floreciendo y la inteligencia artificial todavía no se contemplaba como una opción real. En esta situación, el enfoque que tomaba Asimov era el de la predeterminación de los actos de cualquier robot, es decir, que cualquier acto de un robot vendría determinado por su programación.
Este es el primer problema: en la realidad, las situaciones de conflicto se pueden presentar constantemente, y debido al aprendizaje automático, los robots no actuarían al 100% en base a su programación, sino en base a sus propias experiencias y a los patrones que van desarrollando con el paso del tiempo.
Si ahondamos un poco más en el tema, nos encontramos con una hipótesis popular que opina que, si se llegase a desarrollar una Inteligencia Artificial General, ella misma sería capaz de evolucionar y superar la capacidad humana, y por tanto, omitir o modificar estas leyes robóticas.
La nueva legislación de la IA en Europa
No obstante, y aunque no podamos utilizar exactamente estas leyes, la Unión Europea está debatiendo una nueva legislación para regular la influencia de la inteligencia artificial, y Asimov ha sido importante en esto.
Los puntos clave de estas leyes serán:
- Interruptor de emergencia en robot: para poder controlar cualquier situación peligrosa, el humano deberá ser capaz de moderar la actividad de la máquina.
- Los robots no podrán dañar a los seres humanos: muy similar a la Primera Ley de Asimov, la robótica está pensada para ayudar y proteger a la humanidad.
- Seguro obligatorio para robots grandes: dado que no todas las máquinas cuentan con las mismas características, es evidente que algunos robots pueden resultar más peligrosos y, por tanto, hay que asegurarlos.
- Derechos y obligaciones para los robots: de nuevo tomando a Asimov como ejemplo, también se está desarrollando un marco regulatorio con ciertos deberes para las máquinas.
- Impuestos en los robots: debido a la preocupación por la sustitución de los puestos de trabajo humanos, la UE busca que las máquinas, o en todo caso, sus empleadores, tributen a la seguridad social para subvencionar el desempleo provocado por estas sustituciones.
Y tú, ¿qué opinas de los avances en tecnología y su moderación? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!