¿Te sorprendería saber que, a pesar de cómo suena, hoy en día utilizamos la criptografía en todo momento? En realidad, lleva siendo una herramienta muy útil desde hace bastante tiempo, tanto a nivel profesional como a nivel personal.
Generalmente, cualquier sistema que requiera cierto grado de confidencialidad ya necesita la criptografía. Es decir, es la base para cualquier proceso, por ejemplo, de seguridad informática.
¡Vamos a ver qué es un poco más a fondo!
¿Qué es la criptografía?
Son todas aquellas técnicas que alteran y modifican mensajes o archivos para que no puedan ser leídos por nadie que no esté autorizado. Entre sus métodos, pueden incluirse algoritmos codificados, hashes y firmas.
Un hash en criptografía es una herramienta que convierte datos aleatorios en una “huella digital” con una longitud concreta que dificulta el pirateo o la búsqueda de los datos principales.
Entre las criptografías más importantes podemos destacar la criptografía de red, que se utiliza para encriptar comunicaciones y datos que se trasladan en una red de ordenadores.
Objetivos
La criptografía se creó con cuatro metas principales:
- Confidencialidad: solo los usuarios autorizados pueden ver la información.
- Integridad: asegura que la información no se ha manipulado.
- Autenticación: confirma la autenticidad de la información, o de la identidad de alguien.
- No rechazo: evita que un usuario deniegue compromisos/acciones previas.
Hablemos del proceso…
Ahora que ya hemos entendido lo que es en sí la criptografía, podemos hablar de cómo funciona.
Para explicarlo brevemente, la criptografía funciona con dos procesos principales:
- Cifrado: hace que un mensaje o información no sea legible mediante su transformación en algo que no tiene sentido.
- Descifrado: se trata del proceso contrario, hacemos que ese mensaje o información vuelvan a ser legibles.
También existen las funciones hash, que no utilizan claves, sino los hash de los que hablábamos antes como “contraseñas”, que, de hecho, es uno de sus usos principales.
Tipos de criptografía
En la actualidad, podemos encontrar diversos tipos de criptografía:
- Simétrica: utiliza únicamente una clave para cifrar y descifrar. Su principal desventaja es que esa clave se puede extraviar, o puede ser robada.
- Asimétrica o de clave pública: usa dos claves vinculadas matemáticamente para cifrar y descifrar. Una de ellas es pública, y la otra es privada, propia de cada participante, pero que nunca es revelada. Este sistema garantiza, entre otras cosas, la privacidad de los datos que contiene. Sin embargo, su desventaja principal es que su procesamiento es más lento.
- Cifrado híbrido: ambas parten comparten una clave, pero no se necesita una nueva clave. Es una combinación entre ambas criptografías, que otorga una solución práctica de extremo a extremo.
¿De dónde proviene?
La criptografía nace en la Antigua Grecia (sí, no nos equivocamos), para evitar la difusión de secretos militares. En aquel momento, los mensajes se encriptaban con métodos muchos más sencillos, como cambiando las letras del abecedario por otras diferentes.
A medida que avanzamos históricamente, las técnicas fueron desarrollándose más y aumentando su complejidad, hasta poder garantizar interacciones mucho más arriesgadas y difíciles. Las técnicas originales ahora han quedado relegadas, ya que ya no funcionan con el mundo actual. Eso sí, todavía podemos encontrarlas como parte de rompecabezas en juegos, películas, series o incluso en los periódicos.
¿En qué se utiliza la criptografía?
Algunas aplicaciones comunes de la criptografía actualmente son:
- Aplicaciones de mensajería: Signal, Telegram, WhatsApp e incluso Skype utilizan la criptografía para cifrar sus mensajes de “punta a punta“ desde el origen hasta el destino.
- Envío de información sensible: sobre todo en los ámbitos militar y político.
- Base de protocolos seguros, especialmente en Internet.
- Desarrollo y transacciones con monedas digitales.
- Asegura la privacidad en las transacciones comerciales y de bancos.
- Es capaz de verificar la identidad de un usuario en la red.
Y tú, ¿sabes algo más de criptografía que nos quieras contar? ¿Crees que nos hemos dejado algo en el tintero? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!