Gracias a la creciente e imparable evolución del mundo tecnológico, el IoT es una realidad. Con esto queremos decir que ya convivimos con esta tecnología habitualmente.
En la actualidad, existen más de treinta y cinco mil millones de dispositivos conectados a Internet. Esto se traduce en más de un 60% de la población mundial conectada. Muchos de esos dispositivos son objetos cotidianos, desde electrodomésticos hasta coches.
¿Qué es el IoT?
El término IoT proviene del inglés “Internet of Things” o “Internet de las cosas”. Su definición se referiría a la interconexión y agrupación de objetos y dispositivos a través de una red pública o privada. El Internet de las cosas describe una red de objetos físicos con sensores, software y procesamiento para conectarse e intercambiar datos con otros dispositivos y sistemas.
Cualquier objeto o dispositivo puede formar parte de la red y cualquier componente de la IoT podría estar visible e interaccionar con el resto. Esta tecnología, por tanto, nace desde el momento en el que un dispositivo que no es un ordenador entra a la red y es capaz de acceder a la información del resto de los dispositivos.
El objetivo de esta tecnología es la interacción de máquina a máquina (M2M o machine-to-machine) sin necesidad de la intervención humana.
¿Cómo se puede usar el IoT?
La importancia y la fama del IoT se basa en sus aplicaciones casi infinitas, como por ejemplo:
- Realización de ciertas tareas del hogar: supongamos que incluimos nuestra nevera en el IoT. Podría, entre otras cosas, avisarnos de cuándo algún producto que contenga está a punto de caducar o si hace falta comprar algo.
- Domótica: en nuestra opinión, el ejemplo más claro del IoT. Al mismo tiempo, también es el más aplicable y escalable, ya que cualquier dispositivo nuevo puede integrarse y añadir nuevas funcionalidades.
- Aplicación industrial: suele utilizarse principalmente para la recogida y el análisis de los datos, y su posterior generación de informes. En el sector de la ganadería, se usa primordialmente para la monitorización biométrica y la geolocalización de los animales. En resumen, es aplicable a cualquier sector: transporte, sanidad, comercio…
- Vehículos autónomos: la conducción autónoma de los Tesla es el mejor ejemplo de esto.
Componentes del IoT
Cada día se añaden más herramientas y dispositivos para explotar el “Internet of Things”. Sin embargo, hay algunas características o componentes que consideramos necesarios para su desarrollo:
- Protocolo de comunicación estándar: como cada fabricante dispone de sus propios protocolos de comunicación, varía la compatibilidad de los dispositivos. Por ello, IBM ha propuesto la creación de un protocolo estandarizado llamado MQTT (Message Queuing Telemetry Transport).
- Adaptación de los dispositivos: se busca que los dispositivos que integran el IoT tengan un bajo consumo y sean fácilmente transportables. Debido a esto, los SoCs (System on Chip, circuitos con los módulos de un ordenador) son esenciales. De la misma manera, Arduino provee de sensores, procesadores, y una plataforma que gestiona la información.
- Redes de comunicación: cualquier tipo de red, ya sea WiFi, 3G, 4G… o incluso redes específicas, como LoRa, es un punto clave en el uso del IoT.
- Conectividad y plataformas en la nube: gracias al aumento de plataformas en la nube, es posible transferir los datos de manera mucho más eficiente.
- IA conversacional y aprendizaje automático: con la evolución de la inteligencia artificial, se han logrado tecnologías aliadas que permiten alejar todavía más los límites de aplicación del IoT. De hecho, lo último en IA es DALL·E, que permite crear una imagen a partir de texto plano. ¡Nosotros ya te lo hemos contado en nuestro blog!
Si crees que internet te ha cambiado la vida, piénsalo dos veces. ¡El IoT está a punto de cambiártela por completo de nuevo!
– Brendan O’Brien, Aria Systems
Smart Cities y Smart Buildings
Las ciudades y las edificaciones inteligentes son dos términos que también se suelen ver intrínsecamente unidos a todo esto. En ellas, se utilizan dispositivos de IoT para suplir las funciones básicas de mantenimiento: regulación del tráfico, suministros de agua y electricidad, etc.
¿Tú qué opinas? ¡Nos encantaría leerte en los comentarios!
IoB: ¿la evolución del IoT?
El IoB, también denominado “Internet of Behaviours” o “Internet del comportamiento”, es lo que muchos consideran el “siguiente paso” o la “evolución natural” del IoT.
Por definición, se trata del proceso por el que los datos que controla el usuario se interpretan a través de la psicología de la conducta. ¿Y qué quiere decir esto?
Mediante la combinación de otras tecnologías centradas en el usuario, como el reconocimiento facial o la ubicación, es capaz de establecer ciertos patrones o de localizar áreas de interés. El IoB son tres campos unidos: la tecnología, el análisis de datos y la psicología conductual.
El Internet of Behaviours es capaz de almacenar, mezclar y desarrollar una gran cantidad de datos de diversos sitios y tecnologías. Por tanto, las posibilidades de aplicación que presenta, al igual que su predecesor y compañero, son incalculables.
¿Qué relación tienen el IoT y el IoB?
Para explicarlo de forma sencilla, el IoT es el encargado de recopilar los datos de cada usuario, y el IoB de “organizarlos” para crear una base de conocimiento. Esta base de conocimiento, posteriormente, se encontrará disponible para utilizarla de ciertas maneras. Por ejemplo, como todos sabemos, se usa para mostrarnos anuncios más relevantes cuando navegamos por internet.
En el caso de las empresas, el IoB también se utiliza para tratar de cambiar el comportamiento en pos de un objetivo. Continuando con el ejemplo de los anuncios, pueden ir modificando la información que aparece en ellos para que nos resulte cada vez más interesante, e instarnos a visitar esa página o a comprar un determinado producto.
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